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Mi infierno en el SENAME

Edison Gallardo es sobreviviente de abusos y activista por los derechos de las infancias. En su historia -como en las de demasiadas chilenas y chilenos- se entrecruzan la Iglesia Católica y el Estado protagonizando dichos crímenes. Fue atacado por el ex arzobispo de La Serena Francisco José Cox mientras se encontraba al cuidado del Estado en un espacio regentado por religiosas católicas, el Hogar Redes, de Coquimbo, creado el 25 de diciembre de 1979 por la madre Gregoria Cicarelli, fundadora de las Hermanas Franciscanas Misioneras de Jesús. Dos años después el establecimiento fue acreditado como organismo colaborador del Sename.


Edisón vivió y presencio abusos, psicológicos, sexuales violencia y maltrato. Asegura que la situación del prelado “era conocido por todos”, pero nadie hacía nada, mientras Cox iba y venía desde el Hogar Redes, o los menores eran llevados a visitar el Arzobispado o el santuario Schoenstatt, donde el exsacerdote “hacía lo que quería”.


También presenció cómo al interior del hogar se dieron numerosas adopciones irregulares. "Había muchos chilenos en lista de espera, pero para salir fuera del país las adopciones se concretaban en seis meses. Siempre era igual: se hacía una actuación y al niño que le hacían cariño en el pelo era el que partía. Muchos niños fueron adoptados aun cuando tenían familias que los querían aquí. Vi a muchas mamás llorando en la reja por la partida de sus hijos. Desaparecían de un día para otro."


Edison describe así su libro "Mi Infierno en el SENAME":

"En este libro hablo acerca de mi vida en el Sename, mi vida en el infierno. Uno que arde ante la vista e indiferencia del Estado, ante el desconocimiento e indolencia de un país entero. Niños y niñas olvidados, que parecen existir solo cuando mueren. Niños y niñas sin voz, sin risa, sin expectativas, condenados por la pobreza y el abandono. Niños y niñas que no saben de cariño, de abrazos, de cumpleaños, sino de castigos, abusos, soledad y silencio. Ingresé al Sename (según me han contado) a los dos años y medio de edad, y ahí estuve hasta los quince. Mi caso es excepcional, lo sé. ¿Cuántos como yo logran estudiar en institutos de capacitación técnica o en la Universidad? No lo sé. ¿Uno, dos, tres, un puñado insignificante? Con este libro intento exorcizar la pesadilla a la que me sometieron mis torturadores, pero busco también lanzar un grito de alerta a la sociedad entera, por los niños y las niñas sin derechos, habitantes descartados de un país que se jacta de respetar los Derechos Humanos, pero que ignora que éstos no existen en nuestro infierno. Escribo en nombre de ellos y de ellas, en un acto tan desesperado como urgente, para que algún día las instituciones, los gobernantes, los legisladores, los fiscalizadores, la población entera reconozca sus responsabilidades y se acabe con una aberración que ya se prolonga por décadas. Por ellos y por ellas, por esos descartados y torturados, hablo. Édison Llanos (Coquimbo, Chile, 1977) Internado en dependencias del Centro de Orientación y Diagnóstico, del Sename y del Centro de Rehabilitación Conductual Cereco o Cárcel de Menores. Apadrinado por un personaje público, pudo ingresar al sistema de educación formal, en la que permaneció hasta el año 2002, sin concluir la Enseñanza Media. Más tarde se tituló como técnico en contabilidad, e ingresó a la carrera de Derecho. Mi infierno en Sename: Ansias de libertad es su primer libro de memorias, el que comenzó a escribir en 2014. En la actualidad, presta testimonio en diversas instancias judiciales y parlamentarias para la Comisión Investigadora del Sename."


Compartimos con ustedes parte de este libro. Si desean adquirirlo pueden comunicarse directamente con su autor en las redes sociales: Facebook, Instagram o Twitter. También se puede adquirir la edición para kindle acá.



Parte de la información para esta nota proviene de acá y de acá.

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