Los sobrevivientes de abuso sexual en la infancia en el llamado Caso Maristas en Chile, tras el término de la investigación canónica, la cual confirmó la veracidad de nuestros relatos; solicitamos al Consejo General de dicha Congregación la expulsión de los –al menos seis– religiosos que abusaron de nosotros cuando eramos niños al cuidado de los maristas en sus colegios.
Hoy miércoles 28 de noviembre fuimos recibidos por este Consejo y comprobamos una vez más que siguen aplicando el mismo manual que el FBI descubrió en Pensilvania. No obtuvimos respuesta alguna a lo que les planteamos respecto del peligro que conlleva seguir protegiendo delincuentes sexuales al interior de una congregación religiosa dedicada a la educación de niños, niñas y jóvenes. Se limitaron a leernos un texto elusivo y ambiguo redactado por sus asesores legales, no mostraron empatía alguna por los sobrevivientes presentes ni por sus familiares invitados por ellos mismos.
Usan eufemismos antes que palabras reales. Siguen hablando de errores, de que “no tuvieron la sensibilidad” para denunciar los delitos de los que tienen conocimiento hace décadas. Se resisten a asumir el encubrimiento sistemático que mantienen hasta ahora.
No realizan auténticas investigaciones. Con los datos sobre la mesa, no colaboran con Fiscalía y prefieren ganar tiempo hablando de “procesos”, sabiendo que el tiempo sólo favorece a los violadores.
Envían a los delincuentes a lugares de retiro, reposo o “tratamiento”, esperanzados en que la grosera impunidad que exhiben debilite a los denunciantes.
Cuando nos les quedó otra, buscaron excusas para el retiro de los abusadores de la mirada pública. Pero en aquellos casos que no han tenido cobertura pública ni siquiera eso.
Mantienen al cuidado de la Congregación y con los recursos de la misma a los delincuentes denunciados, que siguen tramando y usando sus redes para protegerse.
Nuestra intervención los obligó a traer de vuelta a algunos de los abusadores a Chile, que habían sido trasladados a otros países.
Por décadas no denunciaron a la policía delitos que estaban en su conocimiento y ahora insisten en minimizar lo sucedido poniendo por sobre las víctimas el prestigio institucional y el marketing de su negocio educativo.
Reiteramos. Exigimos la expulsión de los 6 hermanos que fueron hallados culpables por la justicia canónica, mínimo gesto de justicia a la altura de las medidas que viene tomando el Vaticano en este caso como lo hizo con el ahora ex sacerdote Cristián Precht.
Alertamos a las familias que tienen a sus hijos e hijas al cuidado de la Congregación Marista a evaluar esta decisión ya que hoy comprobamos que no hay voluntad de terminar con la cultura del abuso y la impunidad al interior de la misma.
Nunca más en silencio. Nunca más solos.
Jaime Concha Meneses.
Gonzalo Dezerega Bustamante.
Eneas Espinoza Gallardo.
Jorge Franco Rojas.
Isaac Givovich Contador.
Eladio Valdés Arce.
+ otros sobrevivientes.
Santiago, 28 de noviembre de 2018
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