Estos son días históricos para los sobrevivientes del Caso Maristas. Tras cuatro años de investigación el Estado de Chile a través del Ministerio Público nos ha restituido parte de nuestra dignidad al reconocernos como víctimas de estos delitos sexuales reiterados, entre 1973 y 2004.
Fiscalía estableció la existencia de 28 víctimas de estos ilícitos, donde participaron al menos 17 miembros de la Congregación de los Hermanos Maristas en Chile, cometidos entre los años 1970 y 2004. Además vinculados a esta indagación, se estableció la participación de otros 2 sacerdotes diocesanos.
No se trata de pecados, se trata de crímenes, no aislados, sistemáticos, con consecuencias devastadoras para cada una de las victimas y sus familias, que han causado conmoción pública.
Llamamos al Estado de Chile a seguir investigando estos crímenes, a darle máxima prioridad a estas causas a lo largo del país y exigir a todas las Congregaciones Religiosas, a la Conferencia Episcopal y al Vaticano el reconocimiento institucional de estas graves vulneraciones contra los DDHH a la infancia; avanzar en las sanciones ejemplares y ejemplificadoras a los victimarios, cómplices y encubridores de estos delitos; así como en la reparación de las víctimas y sus familias y garantizar las medidas para la no ocurrencia de estos deleznables crímenes en la actualidad.
El siguiente paso judicial es el trabajo del Estado bajo la antigua justicia criminal para castigar debidamente a criminales, cómplices y encubridores. Hay una querella presentada por asociación ilícita para la comisión de estos delitos contra las infancias. Como denunciantes del caso seguiremos demandando del Estado el cumplimiento cabal de su trabajo, reiterando cada vez que sea necesario que según los tratados internacionales ratificados por Chile los crímenes de los que hablamos corresponden a delitos contra los DDHH, tortura, y por lo tanto son imprescriptibles.
Reiteramos también nuestra voluntad de seguir colaborando y alentando en todas las denuncias e investigaciones relacionadas a crímenes contra las infancias en entornos institucionales, donde se encuentre involucrada la Iglesia Católica en Chile o el propio Estado. Por ello junto a otros sobrevivientes fundamos la Red de Sobrevivientes. A través de ella y en coordinación con otras organizaciones internacionales ya hicimos una presentación este año ante el Comité Contra la Tortura de Naciones Unidas para que el mismo exija al Estado chileno respuestas a la altura del horror de estos crímenes.
En todo Chile, 26 de mayo de 2021.