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A les sobrevivientes argentinos y del mundo

Actualizado: 8 ene 2020

Este es el mensaje que llevamos hoy en Mendoza:


La Red chilena encara esta lucha como una búsqueda de justicia de TODA la sociedad, por ello interpelamos al Estado de Chile.

Nunca más abusos no es una consigna liviana, representa mucho:

Nuestra primera luz de alerta ha sido desde el primer momento sobre el poder actual de la Iglesia Católica, que sigue regentando colegios e instituciones como hogares de niños y adultes vulnerables, donde tiene a su cargo a ciudadanes que hoy están en peligro.


Importante: NO hablamos de pecados sino de delitos.

Y los delitos que denunciamos son delitos de lesa humanidad, crímenes contra los Derechos Humanos.


Y que el Estado Vaticano y sus agentes en todos los países donde opera cometen innumerables crímenes contra los derechos humanos. El abuso sexual de niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables es el más atroz pero no podemos olvidar el sometimiento a la esclavitud de miles de mujeres, robo de bebés, tortura, y otros horrores de los cuales esta ciudad, Mendoza, conoce bien con el caso Provolo.


Nosotros entonces no le hablamos a la Iglesia Católica, interpelamos a los poderes del Estado de Chile: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.


Al Ejecutivo le demandamos una Comisión Investigadora del más alto nivel al estilo de lo que se ha hecho en Australia por ejemplo; y acciones concretas referidas a reconocer al Estado Vaticano como un Estado Genocida.


Al Legislativo, el fin de los privilegios de los que gozan los encubridores, actualizar las leyes chilenas respecto de los tratados internacionales y que garanticen el irrestricto principio de igualdad ante la ley. Ya conseguimos tirar los privilegios en materia procedimental para que las autoridades religiosas respondan a los requerimientos de la justicia como cualquier otro ciudadano. Estamos luchando por terminar con la excusa para no denunciar disfrazada de secreto de confesión. También participamos activamente junto a otras organizaciones de sobrevivientes de abusos en la infancia y ONGs defensoras de los derechos de la niñez en el actual debate en la Cámara de Diputados del proyecto de ley que declara imprescriptibles los delitos de abuso en la infancia, proyecto que ya fue aprobado por unanimidad por el Senado chileno.


Al Judicial exigimos que se investiguen todos los delitos cometidos por religiosos y laicos, con énfasis en las redes de encubrimiento que han operado por décadas con el objetivo de sostener la impunidad de los delincuentes sexuales pertenecientes a la Iglesia Católica: sacerdotes, monjas, hermanos, hermanas, religiosos, religiosas y laicos.

Hasta hace unos días la Fiscalía chilena ha recibido todas nuestras denuncias y según sus propias cifras hay 166 investigaciones en curso con 248 víctimas. Se investigan a 221 personas pertenecientes a la iglesia: 152 sacerdotes, 10 obispos. 9 diáconos y 15 laicos.


La Iglesia Católica en Chile ha intentado desde el comienzo boicotear las investigaciones y estamos denunciando el intento de interferir en la justicia chilena a través de un Convenio ilegal firmado entre la entidad persecutora y la Conferencia Episcopal. El viernes pasado nos reunimos con el Fiscal Nacional reclamando que se deje sin efecto dicho documento. Si no lo hace desde tribunales lo bajaremos. Basta de Privilegios. Permanecemos alertas, luchando por develar las redes de encubrimiento y la impunidad con que los abusadores pertenecientes a la Iglesia Católica se han movido por décadas.


A la Iglesia Católica en Chile, a los obispos y demás autoridades eclesiásticas no les pedimos nada. La Constitución Política y las leyes vigentes son el marco para que respondan ante la LEY por los crímenes atroces que cometen y cometieron.

Ya perdieron su oportunidad de hacer las cosas bien.


Francisco Bergoglio, como preferimos decirle, juega al policía bueno / policía malo con la conferencia episcopal chilena y quiere hacerle creer al mundo que aplica en Chile una política de tolerancia cero, lo cual denunciamos como una total farsa.


Este es hoy nuestro mensaje a los medios extranjeros, a las compañeras y compañeros sobrevivientes de todo el mundo, especialmente a los argentinos: NO esperen nada del Vaticano, no crean en el marketing de vuestro compatriota que hoy vive en Roma. Cambió su nombre pero no su modus operandis. Sigue siendo el mismo Bergoglio que protegió y defendió al cura Grassi, que aceptó los traslados de Primati y Granuzzo para protegerlos como antes lo hizo con Corradi y su caterva de delincuentes cuando les abrió las puertas de la Argentina. Es el mismo que como obispo nunca recibió a Sebastián Cuattromo cuando pedía justicia por los abusos cometidos por el hermano marianista del barrio de Flores.

No esperen nada de ellos. Bergoglio es un encubridor serial por más que ahora se haga llamar Francisco. Sigan el camino de la justicia penal, civil. Exijan a sus parlamentarios, a sus gobiernos, a la sociedad toda a que acompañe vuestro reclamo. El Estado Argentino tiene que responder por esto, Si no lo hace se convierte en un cómplice de los delitos de lesa humanidad de la Iglesia Católica.

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