23 de ago de 20223 min.

Prostitución, abuso y falso amor

Columna de opinión de:

Helmut Kramer A.

Vocero Red de Sobrevivientes - Chile

En la franja del rechazo a la nueva propuesta constitucional se ha mostrado la historia de un escort LGBTQ que es baleado por un cliente que no le quiere pagar por sus servicios sexuales, después de sobrevivir a esta dura situación de violencia y transitar durante un año y medio en el proceso de recuperación por este atentado a su vida decide no denunciar argumentado que al no hacerlo entrega un supuesto acto de amor. A estas alturas resulta irrelevante si la historia es verdadera o ficcionada, si el protagonista es un actor o quien realmente vivió esto, si demandó o no lo hizo; la cuestión a reflexionar es qué quiere instalar el colectivo social que difunde este mensaje.


 

Al revisar varias veces el video no puedo dejar de pensar en algunas cosas que me parecen simplemente aberrantes, no puedo dejar de pensar en como un sector de nuestra sociedad no es capaz de cuestionar las injusticias que se viven en nuestro país y no solo eso validan con su silencio cómplice o simplemente dicen que es correcto la mas total falta de justicia y validan en nombre de falso amor.


 

Se cuenta la historia de una persona que por problemas económicos debe dedicarse a la prostitución, pero nadie en esta franja se pregunta por qué una persona debe terminar dedicándose a la prostitución, esta es solo producto de una sociedad con fuertes diferencias sociales y económicas, donde la gran mayoría de la gente logra sobrevivir con estándares que están por debajo de lo necesario y muchas mujeres y hombres son empujados a ser prostituidos por la necesidad de lograr sobrevivir ¿por qué nadie de los que hacen esta franja cuestiona las necesidades económicas que llevan a esta situación?


 

Al ir siguiendo el relato veo como mas encima se romantiza la prostitución con frases como: “Muchos de mis clientes buscan solo sexo, pero hay muchos que buscan sólo amor, cariño, charlar”, la prostitución es producto de una sociedad abusiva en sus relaciones económicas, sociales, sexuales, que permiten una cierta cultura que valida la relación abusiva que significa que alguien se dedique a esta labor, produciendo una denigración tanto para quien presta el servicio como para quien paga por este, ¿a qué tipo de sociedad hemos llegado para que por un lado alguien deba cobrar por la venta de servicios sexuales y por otro lado alguien deba pagar por un espacio de falsa compañía? Romantizar esta relación vertical y abusiva es no querer cambiar las estructuras de poder que las permiten, quienes han imaginado, pensado y creado esta franja lo han hecho es normalizar de una forma cruel y dañina estas relaciones de poder.


 

Existe un ultimo punto que es tan grave como lo anterior, es la absoluta validación de la violencia, llegando a comparar el no denunciar un delito con un acto de amor.


 

Vivimos en una sociedad donde la violencia en sus distintas formas, sexual, sicológica, económica, racial, política, etc., se expresa en el día a día, donde existe una sensación en la gente de absoluto desamparo y no existen respuestas institucionales a este gran problema, hacer un llamado a no denunciar como lo hace esta franja, es de una absoluta irresponsabilidad, y a la vez valida una estructura abusiva y ayuda a que esta se mantenga como una forma de dominación.


 

Al ver esa franja me he preguntado varias veces que hubiese pasado si quienes hemos sufrido abuso sexual, en cualquier contexto, no hubiésemos denunciado como un supuesto acto de amor, si hubiésemos callado, por un amor a la institución, o un falso acto de amor al abusador o a quienes lo han encubierto. Es gracias a que hemos denunciado que se ha logrado que en nuestra sociedad se hable abiertamente sobre el abuso sexual y se avance en el cambio profundo en nuestra sociedad sobre este gran problema y se entienda que es social. Es gracias a que hemos denunciado es que se pueda ir avanzando lentamente, pero avanzando, en cambios en nuestra legislación a favor de las víctimas de abuso.


 

Denunciar es parte de un proceso interno y social a la vez, denunciar es un acto que permite reconocer lo que ha tocado vivir, denunciar es el comienzo de un camino, sin denuncia no hay justicia, no hay reparación, sin denunciar no existe la posibilidad de la verdad como una realidad social.

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