Carta al Presidente: otro golpe sobre una herida abierta
- Red de Sobrevivientes
- 11 oct
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En todo Chile, a 11 de octubre de 2025
Señor:
Gabriel Boric Font
Presidente de la República de Chile
Presente
Es de conocimiento público su próxima visita al Estado Vaticano, donde se reunirá con el mandatario de dicho país y también jefe de la Iglesia Católica en todo el mundo, el papa León XIV. Se informa que su delegación es amplia y transversal, y que con el objetivo de profundizar en las oportunidades de cooperación entre Chile y la Santa Sede usted sostendrá también una reunión bilateral con el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin.
En la agenda bilateral definida se menciona que hablarán de derechos humanos, una excelente oportunidad para requerir el cumplimiento de algunas cuestiones básicas de la relación entre dos estados soberanos:
Que el Vaticano ponga a disposición de la justicia de nuestro país los archivos existentes, tanto en Chile como en la Santa Sede, o en otros lugares del mundo, referidos a los delitos de abuso y violencia sexual, de conciencia, psicológica, física y socienconómica, perpetrados por religiosos, religiosas, laicos comprometidos y otros agentes de la Iglesia contra infancias y personas vulnerables, sin importar cuándo sucedieron, si hace cien años, cincuenta, diez o uno.
En 2018, a instancias del Vaticano la Iglesia suplantó al poder judicial chileno al investigar y elaborar el "informe Scicluna-Bertomeu" el cual fue sacado como valija diplomática fuera del país, y su contenido permanece secreto. Acceder a esos datos es el mínimo de dignidad que Chile merece.
Que se comprometa formalmente a denunciar ante la justicia chilena los crímenes mencionados en el punto anterior, que hasta la fecha siguen encubiertos bajo el alero del derecho canónico, el cual no es una razón en suelo chileno para excusarse de esconderlos de fiscales y tribunales. El incumplimiento de los deberes ciudadanos al respecto es un privilegio ilegal, avalado por el propio Vaticano.
Que instruya a todo miembro del clero y autoridad en espacios católicos, incluyendo los laicos, a colaborar con la justicia chilena, y denunciar con celeridad los delitos de abuso contra infancias en todos los entornos eclesiásticos (educativos, comunitarios, de cuidado) dado que no lo hacen, y cuando se les enrostra su encubrimiento se escudan en la instrucción superior vaticana.
Que comprometa en forma explícita a la Iglesia Católica en Chile, en nombre de víctimas y sobrevivientes, a no volver a proteger ni encubrir a sus funcionarios abusadores denunciados, y en forma transparente crear un fondo para reparar a las víctimas.
Con las denuncias y los antecedentes a disposición de la justicia chilena podremos solicitarle al Estado de nuestro país que cumpla con el Control de Convencionalidad correspondiente para que estas violaciones a los derechos humanos sean tratadas como tales. Porque el abuso a las niñeces y adultos vulnerables dentro de instituciones es tortura, y así lo define Naciones Unidas.
Nuestro país ratificó en 1996 la Convención Interamericana Para Prevenir, Sancionar Y Erradicar La Violencia Contra La Mujer "Convención De Belem Do Pará", que establece que no sólo los agentes del Estado pueden cometer delitos de lesa humanidad. La ausencia o negligencia del Estado conforman el mismo crimen.
El principio del Interés Superior del Niño siempre debe prevalecer frente a la reputación institucional, que no debe interponerse para ocultar crímenes contra los derechos humanos.
La magnitud de las violaciones y abusos cometidos contra la niñez, adolescencia, y también contra adultos vulnerables, en el seno de la Iglesia Católica constituye una herida abierta en la historia y el presente de nuestro país y del mundo. Por lo mismo, en el año 2022 el Comité de los Derechos del Niño de la ONU instó a Chile por pedido nuestro a “Establecer una comisión de la verdad independiente, imparcial y adecuadamente financiada para examinar todos los casos de abuso de niños en entornos institucionales, incluido dentro de la Iglesia católica y en centros residenciales”. Usted no incluyó a los espacios eclesiásticos en la Comisión que anunció en diciembre de 2024, y al día de hoy su Gobierno no nos responde sobre los motivos de semejante discriminación.
La nota oficial informa también que la agenda incluye una visita a la tumba del Papa Francisco, para rendir homenaje a su legado. Otra vez nos vemos obligados a recordarle que el monarca fallecido fue uno de los mayores encubridores de pederastia clerical a nivel global. Este gesto por parte del Jefe de Estado chileno resulta sumamente revictimizante para las víctimas chilenas de dicho encubrimiento. Esta Red de Sobrevivientes es parte de esas miles de víctimas sin respuestas.
Su visita a la Santa Sede, en el tono en que la describe previo al viaje, nos duele profundamente, es otro golpe sobre una herida abierta que usted prometió atender. Lo dejó por escrito en su Programa de Gobierno. Un gobierno que se declara feminista y en favor de la niñez tiene la obligación de exigir estos compromisos básicos, particularmente este 2025, en que Chile conmemora los 35 años de la firma de la Convención Internacional de los Derechos de la Niñez. Esperamos que los puntos señalados en esta carta puedan ser abordados en la reunión con el Papa y el Secretario de Estado vaticano. Y ojalá a su regreso a Chile nos reciba, como le venimos solicitando desde el inicio de su mandato.
Atentamente,
Red de Sobrevivientes Chile.
