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La Navidad no es feliz para todos.

El texto que acá compartimos fue publicado este mes en el diario La Región de Coquimbo. Fue escrito originalmente como una carta al director por un sobreviviente pero se convirtió en un artículo a página completa y ha sido reproducido miles de veces en redes sociales. Pase y lea:


Hace dos años fui acompañado de abogados de la corporación 20 de octubre, quienes les agradezco para siempre su ayuda y asesoría legal, para presentar la denuncia contra un presbítero de la arquidiócesis de La Serena. Durante este tiempo, con mucho esfuerzo se ha avanzado en la búsqueda de la verdad, la memoria. Desde la Iglesia y la fiscalía, sólo la revictimización.


Durante este tiempo, he sido entrevistado, investigado y cuestionado por parte de la Iglesia Católica y la Sra. Fiscal. He relatado las atrocidades que me habían cometido agentes de su institución, violaciones sistemáticamente durante largos años, generando consecuencias irreparables en mi vocación, en el cuerpo y mi fe. Con esto esto, todavía sigo siendo parte de esta institución impuesta por el sistema imperante.


La Navidad no es feliz para todos, para mi y familia son fechas sensibles. Mi madre después de enterarse de lo ocurrido, nunca más pusimos un Pesebre, ya no nos arrodillamos para visitar a la Virgen de Andacollo y ya no rezamos al Dios Padre Compasivo, como predican; porque sus enviados me violaron en la casa parroquial.


Les pido a las familias, padres y madres, que tienen a sus hijos en colegios católicos, que acolitan en las parroquias, en pastorales cercanos a los sacerdotes y religiosas, que estén atentos, no los dejen solos, nadie más debe confesarse en un cuarto siendo menor de edad frente a un supuesto enviado de Dios, por Dios han cometido los mayores delitos de nuestra humanidad, y por Dios fui elegido para ser ultrajado.


Durante estos años he podido conocer historias de miles de víctimas, que seguiremos buscando justicia, somos miles de sobrevivientes en el mundo, que vemos a nuestros violadores celebrando misas. Al mío me lo encontré en la misa de funeral de mi abuela, donde se escapó y no hizo el rito final.


Seguiremos buscando justicia, aunque nos señalen que está prescrita nuestra causa, lucharemos por la búsqueda de la verdad y el perdón público. Un perdón que surja del corazón misericordioso de los hermanos de la iglesia, no uno donde el Sr. Rebolledo abre las puertas del arzobispado o uno enviado por correo electrónico por parte de los denunciados. Deseo un acto significativo o que permita sanar mis heridas cargadas de dolor y horror.


Es por esto, que le solicitó al excelentísimo Sr. Gabriel Boric Font, Presidente de Chile, una Comisión de verdad, justicia, reparación y no repetición para que se investigue la violencia sistemática de la Iglesia Católica en Chile. Es de suma urgencia para poder despertar en ese mismo Chile que habitan todos ustedes y poder tener una navidad feliz en el próximo 2023.




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